Eternidad

¿Qué pasó? No lo sé. Pero de que algo cambió, cambió. Y lo agradezco un montón. Amo el Transantiago, los tacos, cualquier cosa que haga más largo ese viaje increíble, ese vuelo "al infinito y más allá" que despego en tu boca, con ese sabor novedoso, mezcla del aleteo de las mariposas que nacen en mi estómago y lo prohibido del contrato de silencio y discreción que rompemos descaradamente. Y me encanta. Y quiero vivir cada día de mi vida así. Volando sin necesidad de algún tabaco extraño o ilegal. Sin comprar pasajes, sin turbulencias, sin nada más que tu aliento y tus brazos actuando como una muralla entre el mundo real y nuestro mundo, como una escalera que me ayuda a llegar una vez a la nube que creía perdida, pero que está más presente que nunca. Y no me importa esperar, no me importa simular que no eres la razón de mi existir, ocultar nuestros planes de un futuro juntos de 8.30 a 6.30 con tal de que la recompensa diaria se encuentre a un par de cuadras, donde la oscuridad y el anonimato nos hace más cómplices que nunca. No me importa nada, cualquier sacrificio es poco, con tal de pasar una hora en nuestra nube, sin tener que bajar.

3 Palabras Tuyas:

Anónimo dijo...

siempre soñé con ver algo así...
...esto recién comienza ;)

montañista... dijo...

jajajaa.. yo caxo que eres la única que prefiere la demora en la locomoción jaja... de no ser por aquella circunstancia tmbn lo odiarias.. pero es mejor tener buenas razones para demorar que ninguna y llegar antes.. o no?..

saludos cariñosos para ti niña.. un gusto leerte otra vez.

Esa Pitonisa dijo...

ke rico leerte así...

saludos (y ke todo vuele)

Nata.